¿SENTIDO DE LA VIDA? INDESCIFRABLE PERO DISPENSABLE HASTA LOS ÚLTIMOS DÍAS...

Cuántas interrogantes sin respuestas, qué misterio es la vida, tanto historicismo y bagaje teórico se han disertados y gastado en libros, debates, conferencias o, reduciendo aun más la lente, en pliegos antiguos ya desde los primero escritos a punta de cincel en épocas del cristianismo; cuántos filósofos y especuladores de los orígenes de la humanidad han deambulado febrilmente buscando, cavilosamente, respuestas a la causas misma de la esencia y origen del universo, y todo por el afán de dar al hombre las riendas de su propio destino.

Creo, aún, cuando la cientificidad se apoderó de la humanidad, del hombre, y no al revés, haciendo de este "hombre neutro", gris -casi sin materia de tan irreal y sospechoso que se torna el ponerse tan al margen de la realidad, con puras ansias de analizarla-; en preso de su propia esencia... tanto ahínco se a puesto a echar luz a la sesgada realidad que el hombre se transformado en presa de su propia creación: con el riesgo de dejar al planeta al borde de la subversión de su propia esencia, de la naturalidad, de la matriz con que este mundo nos trajo a la vida sea cuales fueren las teorías que las avalen.Pero no queriendo entrar en disquisiciones existencialistas sartreanas, "...el ser precede a la esencia.", o demás especulaciones teórico filosóficas que enfrenten dialécticamente los conceptos, me aferro al sentido común del ciudadano promedio que soy, y somos todos en definitiva, con identidad de clase y demás yerbas academicistas, ante la intención de dejar plasmadas algunas ideas. Ideas que por A o por B suelen quedar en el tintero, desde el vamos ya en un simple reducto social cualesquiera. Por ejemplo: ¿tiene algún sentido el obedecer mandatos conservaduristas, impuestos por voluntad ajena en el tiempo sin más ni más, y vivir de este modo nuestras vidas diagramadas cual circuito cerrado de acción; ¿cómo si de antemano estuvieran escritos nuestros pasos, o por lo menos no dejado al designio del azar en nuestras opciones vitales, sino más bien como destinados a ser autómatas, sin progresar por móviles de empeño, de espíritu y sentimiento...? Primera pregunta a los bloggistas o a la gente en fin, informatizada o no.El hombre por naturaleza -esto ya es un hecho irrefutable que concede un sentido de realidad por medio de la acción- históricamente ha sido contradictorio en la forma de encarar sus diferencias: guerras, exterminios, xenofobias, y todo complejo social son ejemplos de ello. Qué ya han sido manchados los buenos y nobles ideales con los que se suelen empuñar a alguna diligencia común es un hecho irrefutable. La pregunta es, ¿es condición sine qua non sean reproducidas la contradicciones dialectales de la naturaleza misma en los hombres? Respondo, yo creo que no tendría sentido seguir una línea recta sin baches hacia un infinito indefinido y sin sobre saltos; es más, el día que pase aquello se acabó el misterio del hombre y la vida y hemos de quedamos petrificados en un continuo acontecer fantasmal, al de nuestras almas divagando perdidas en el limbo...Finalmente, para rematar este subjetivismo exacerbado de auto-conciencia, que me brota febrilmente tras un día de encierros de estudio, y viaje de hora y media de por medios, de una ciudad vecina a la otra. Pregunto para terminar rendido a los pies de mi cama, al lecho de obrero diario y de itinerante viajero: ¿tiene algún sentido buscarle causa y efecto a tantos sin sentidos de esta vida irracional y contradictoria? Yo creo en mi humilde opinión cedidas por este espacio de blog, que desde el vamos ya hay -como suele suceder desde hace tiempos remotos- más preguntas que respuestas. Afirmo, ya no creo, que el sentido de nosotros y las cosas las da la subjetividad de cada cual, el del hombre como fin en sí mismo, de acuerdo a nuestras percepción de nuestras reales condiciones de existencia.¡Claro que estas son sólo especulaciones finitas y combinaciones de palabras arbitrarias, sujetas a interpretaciones infinitas; ya que, todo se complica, valga la redundancia, en la complejidad de un contexto y una historia que suele condicionar el accionar social, y específicamente, el de nuestros pasos por esta vida. O así lo creo hoy día. Quién sabe, quizás cambien mis ideas en el devenir diario de esta compleja vida; el hombre es en sí un animal indescifrable pero podemos prescindir de tales respuestas ante tales interrogantes divergentes (...) ¿O no?

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