EL SENTIDO DE LA NAVIDAD EN LA COSMIVISIÓN CRISTIANA Y MODERNA

La Navidad antiguamente era un festejo -según dijera la Biblia- que celebraba el nacimiento del niño Jesús brotado por obra y arte – o de magia quizás- de la virgen María, por intermedio del Espíritu Santo, lo que dio nacimiento a la teoría de la Trinidad; o sea la división de Dios en tres sujetos, Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Aún hoy día esta creencia está arraigada en la tradición católica de los pueblos, tanto Europeos como Americanos, y latinoamericanos, en el caso concreto de la creencia por estas latitudes de espacio y tiempo.

No obstante, emerge a esta cuestión el tema de la modernidad y los avances de la técnica, con la producción en serie de los productos y la globalización de las informaciones: con la publicidad cobrando especial protagonismo, en última instancia. Con respecto a esta realidad, que envuelve al contexto de los tiempos acelerados en que vivimos, la Navidad de antaño se re-significa en un sentido totalmente diferente a la antigua historia de la llegada del Mesías, a saber, el niño Jesús. El giro histórico es más bien el que deviene en un Papá Noel como insignia del consumo desmedido; creado por la falsa necesidad de consumir, sin más ni más, que por el sólo hecho de saciar un circulo vicioso de nunca acabar: comprar y consumir... Remontándonos en la historia de la Navidad, por poner en perspectiva sus orígenes y los fines con el que es usado en la actualidad, Habdon Sundblom fue el pintor quien, a pedido de la compañía de gaseosas Coca Cola and Company, trazó los rasgos definitivos de la figura regordeta de Santa Claus, como se lo conoce comúnmente en Norteamérica. El ilustrador de la revista Harper’s había hecho de este personaje un mítico hacedor del espíritu Navideño marketinero, entre 1863 y 1886, tomando como base la caracterización de un dibujante satírico llamado Thomas Nast. Es así que el Papá Noel de hoy día, en la conciencia popular, sólo se ocupa de incentivar a los niños a consumir pirotecnia -peligrosa para ellos por adolecer de una noción pertinente en las consecuencias para “su” salud - fuera de toda supervisión de los adultos; o bien a comprar adornos, como guirnaldas y pinos prefabricados para la “casa”, no ya para el hogar, pues deviene en capital de consumo. O bien ya, por último, víveres para los “familieros” comensales, ritual previo a la espera de las cero horas con el acostumbrado brindis de rigor, sólo por citar algunos de varios ejemplos de lo que significa actualmente este evento de antaño religioso. Manipulaciones todas, en fin, de hábitos influidos por los medios de comunicación y perpetuados por la publicidad como base de éste, lejos del consabido "espíritu navideño", tal la cosmovisión Católica Apostólica Romana, que imparten la Institución de la Iglesia a sus fieles creyentes por medio de la palabra.En el que según su discurso, la Navidad es encuentro con uno mismo y solidaridad con “nuestros” semejantes: reflejadas en la imagen del niño Jesús y la comunión de los seres mortales, ávidos de inmortalidad, con el Dios salvador, a través, claro, de la figura de aquél. El mito de “Santa”, así como suelen llamarlo a secas en los Estados Unidos, no obstante, viene de muchísimo antes a como lo conocemos hoy en día. Más precisamente, del Siglo IV, cuando, en territorio actualmente perteneciente a Turquía, un sacerdote cristiano comenzaba a forjarse la fama de “ídolo” de grandes y chicos; lo que le permitiría pasar a la historia como San Nicolás de Bari. Cuenta la leyenda que conmovido ante la situación caótica que generaba la peste en su ciudad, el susodicho Nicolás decidió un día repartir sus bienes entre los necesitados. En la ciudad de Mira el singular personaje decidió ordenarse como religioso, donde su tío ejercía la función de obispo, cargo eclesiástico que él mismo luego cumpliría más adelante. Allí, en esa ciudad, buscó siempre ayudar a los más necesitados y a los niños, por lo que cientos de historias comenzaron a tejerse en derredor suyo en tono de admiración ante sus hazañas y pruebas de solidaridad. Valores todos que tanto caracterizaron al “espíritu navideño” en la antigüedad, y hoy día, en la actualidad, tienen un sentido histórico totalmente vaciado de significación por una corporación como Coca Cola; quienes supieron utilizar el mito de este anciano bonachón de ropas color rojo y blanco, pero con la finalidad de patrocinar a sus productos. Siguiendo la línea histórica del anecdotario popular, la veneración de la que era objeto en el viejo mundo este personaje en cuestión, le permitió llegar a New York en 1621. De este modo arribó a la ciudad estadounidense como santo patrono de la inmigración holandesa, pero con el nombre de Sinter Klaas. Luego, los angloparlantes hicieron lo suyo para que esa denominación cambiara por Santa Claus, nombre con el que el viejo San Nicolás llegó a Gran Bretaña a comienzos del Siglo XIX, para luego fundirse con el Bonhomme Noëlfrancés que vestía blanco con vivos dorados y, Coca-Cola mediante, terminar convirtiéndose en el viejo y querido Papá Noel local. Empero, tras un primer estadio semiológico –como teorizara Roland Barthes en su ensayo Mitologías- en que Papá Noel era un hombre común y corriente que ayudó al prójimo ante la calamidad de "su" pueblo, en estos tiempos que corren bajo el segundero -y las milésimas de segundos del tiempo de una sociedad acelerada en sus costumbres y actividades-; la modernidad se encargó de configurar una nueva realidad, ya en segundo estadio semiológico: la de una Navidad regida por la ley de la Oferta y la Demanda. Así es que por estas causas enarboladas como tesis, las “Fiestas” adquieren el estatus de bien de consumo, con la publicidad como vaciadora de sentido al crear nuevas expectativas de necesidad falsas, las del consumo; pero, aun más todavía, la de un orden objetivo que nos absorbe, aparentemente, en su devenir diario. Curso de una vida, en conclusión, marcada por las manecillas del reloj interno de cada sujeto, e influjo directo de las estructuras del sistema social, político y económico en que nos encontramos inmersos, el capitalista. Situación, a fin de cuentas, en la que nos encontramos “todos” hace dos siglos tras los avances de la técnica, junto a las tecnologías y la masificación de los productos del capitalismo. Frente a esta perspectiva del orden social no queda más que adaptarse y seguir en tren de reflotar los viejos valores de un sentido de la Navidad. Aquél alejado del puro mercantilismo y la imposición de ideologías opresoras y dominantes, las de un orden que reproducimos ya en nuestras rutinas diarias; para así, de alguna forma, vivenciar un ritual que en comunidad fortalezcan los lazos fraternales, ya sea entre nuestros semejantes y familiares y/o, no obstante, a la sociedad toda. O por lo menos renovando, es decir adaptando a estos tiempos, las viejas costumbres que cimentaron la moral universal de los pueblos. A saber; un encuentro entre lo viejo y lo nuevo como síntesis a encarar la modernidad avasallante, investida de mensajes “lavadores de cerebro”.

1 Opiniones:

Anónimo | 7 ene 2008, 01:26:00

la verdad qe hay mucha razon con esto q dcis aca. La navidad hoy x hoy se convierte en un ritual de puro marketing y materialismo. No solo por el echo de que mucha gente se siente "obligada" por dcirlo de alguna manera a comprar y comprar regalos y mas regalos, sino que tambien se pasan horas y horas en la cocina, comen como si fuera la ultima cena, y ni hablar de los festejos... propagandas y publicidades de fiestas y mas fiestas (q fire, q ragatas, q patatin patatan jaja) ... :S Casi todo el pais sale a festjar, consumen mucho alcohohl, lo q llevan a cientos y cientos de accidentes, la pirotecnia tmbien hace lo suyo.
Y con respecto a papa noel no sabia esa historia, yo solo habia escuchado alguna vez que ese mito venia de no se q epoca en donde un señor llamado nicolas quien tenia mucho dinero, siendo soltero y sin hijos, se dedico a hacer regalos a todo niño pobre que se le cruzara para la noche de navidad. La verdad que eso de coca-cola =( se me cayo un idolooo jajaj

Yo particularmente no me gusta salir de ksa en navidad, la paso en flia, re aburrida si pero en flia, ahora en año nuevooo ahii si q se armaaa jaja..

eu capisimo tu blog! (:
abrazo y q andes bien!